miércoles, 24 de octubre de 2012
PACO LUQUE: NUEVO INDOCENTE
Estamos de enhorabuena, un nuevo miembro de nuestro grupo: PACO LUQUE, poeta y cantautor. Él nos cuenta...
Me incorporé al mundo de los vivos el mismo año en que lo
abandonaba Marilyn Monroe y mientras los cuatro Beatles definitivos grababan su
primer sencillo: “Love me Do”.
Crecí en un Cádiz convulso por los últimos coletazos del
franquismo y la inminente llegada de un nuevo orden social y político que más
tarde vendría en llamarse ”la transición”. Pertenezco a la primera cosecha del
Bachillerato Unificado y Polivalente (B.U.P.) y todavía estaba casi forrando
los libros de 1º cuando Arias Navarro anunció en blanco y negro aquello de:
“Españoles, Franco ha muerto”. Estoy convencido de que todo lo que pasó a
partir de entonces me hizo ser como soy e este momento, para bien o para mal.
Siempre me gustó cantar. Las tardes de verano “amenizaba” la
siesta de mis vecinos cantando desde una ventana de mi casa el “Algo de mí” de
Camilo Sesto y en Navidad mi abuelo me hacía perpetrar “El tamborilero” de
Raphael delante de toda la familia reunida en torno al turrón y a la botella de
Marie Brizard. Un día de 1974 decidí dejar de ir a misa, para disgusto de mi
madre e indiferencia de mi padre. Empecé a escuchar las cintas de Serrat en mi
radiocassette mono recién traído de Ceuta y me hice incondicional de Joan
Manuel, llegando a comprar todas sus cintas y luego sus discos de vinilo (antes
LPs), incluyendo los publicados en catalán. Después de oir “Bienaventurados”,
del año 87 abandoné a Serrat y busqué otras experiencias musicales.
Simultáneamente disfrutaba con Paco Ibáñez, Lluis Llach o
Quilapayún. En esta época conseguí adquirir una guitarra a base de coleccionar
unos cupones que daban en el almacén de la esquina por cada diez pesetas de
compra. Estos cupones se pegaban en una especie de álbum y te daban la opción
de elegir un regalo de un catálogo de lo más variopinto. No creo que sea
posible calcular la cantidad de litros de leche o de kilos de mortadela que
tuve que transportar desde la tienda hasta el cuarto piso sin ascensor en que
vivíamos para conseguir esa primera guitarra que aprendí a usar de forma autodidacta,
como se puede intuir fácilmente al oírme tocar. Luego conocí a La Nueva Trova y
me aprendí el repertorio completo de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. Ambos
cantautores han influido tanto en mi manera de escribir como de interpretar mis
propios temas, aunque reconozco mi debilidad por Pablito.
Las clases particulares a niños poco motivados hacia las tareas
escolares me proporcionaron mis primeros ingresos económicos, que por supuesto
invertí en mi primera guitarra de verdad (la Chari) que resultó ser un baúl
lleno de canciones del que todavía saco alguna de vez en cuando. Los primeros
años de los 80 fueron intensos en composición y en lo que entonces se llamaban
“recitales”, hasta que el trabajo en serio me alejó de Cádiz y me dediqué por
entero a la educación primero y a mis hijos más tarde. En ambas cosas sigo aún:
en la educación como Orientador en el I.E.S.
Fuerte de Cortadura de Cádiz y en lo
de la paternidad con la reciente llegada del cuarto varón.
Amancio Prada, Javier Ruibal, Jorge Drexler, Calamaro, Juan
Perro, Georges Brassens, Jacques Brel y, sobre todo Sonia Sánchez, son algunas
de las razones que me hicieron volver después de 20 años a ponerme delante del
público para contar mis historias de entonces y alguna que otra nueva.
Para escuchar una canción:
ESCRIBIR
Quiero escribir sin atormentarme, sin aborrascarme,
sin rayos y sin truenos escribir.
Sin que me empape la lluvia, sin que me mojen las lágrimas,
llenar renglones y páginas con tinta china y plumín,
con medio lápiz mordido sobre un papel arrugado
o con un dedo mojado sobre tu salada piel,
admitiendo en
versalitas la impostura del
teclado,
con tiza o una ramita por delante de tus pies.
Escribir en verso y prosa, escribir de cualquier cosa
que pueda hacerse canción.
Escribir sin reflexión, sin hacer filosofía,
sin que mi caligrafía comprometa la intención.
Escribir sobre la vida, sobre pasado y futuro
y, aunque los tiempos sean duros, escribir sobre el amor.
Escribir para que lean, para que escuchen y opinen,
para que aplaudan u orinen sobre la propia canción.
Escribir en libertad y teniendo la razón,
faltándole a la verdad y arriesgando el corazón.
Escribir para los ciegos y los sordos como tapias,
escribir como terapia para los analfabetos.
A PROPÓSITO DE MÍ
Tengo
parte de animal
y
me defino como tal
en
actos en que a la razón puede el instinto.
Por
ejemplo, para amar
no
necesito razonar,
soy
capaz de querer sin ningún motivo.
Tengo
parte mineral
y
me defino como tal.
Puedo
ser a veces duro como roca
pero
me convierto en fina arena
de
desierto o de playa si me quieres arrastrar.
Tengo
parte vegetal
y
me defino como tal.
Mi
intención es en tu vida echar raíces,
abrazarte
toda como hiedra,
ser
un pétalo en tu libro y contigo florecer.
LA ARENA
Tierra
que hoy me sirve de alfombra
y sostiene mi sombra.
Monte,
dueño del horizonte
y mañana la arena…
la arena, la arena
para mi jardín.
Aire
que acaricia los cuellos
y ondula los cabellos.
Viento
que barrió los desiertos
y me trajo la arena…
la arena, la arena
para mi jardín.
Agua
que alivia los veranos
y escapa entre las manos.
Fuente
donde nació el torrente
que arrastraba la arena…
la arena, la arena
para mi jardín.
Fuego,
saliva del infierno
que derrotó al invierno.
Llama
que prendió entre las ramas
y me dejó la arena…
la arena, la arena
sola en mi jardín.
VIERNES
Este amor no va ser un
amor eterno,
en primer lugar porque no
siempre existió.
Comenzó algún tiempo
después de conocernos
y terminará cuando tome la
decisión
al menos un cincuenta por
ciento de tú y yo.
Y en tantos años habrá
tantos viernes,
unos que pasaron y otros
que vendrán.
Viernes, viernes, viernes,
qué tendrán los viernes
que no tengan los demás.
La víspera es más fiesta
que la fiesta principal.
¿Qué tendrán los
viernes?...
Esta botella de vino tiene
las horas contadas,
cuando la estaba eligiendo
de tus labios me acordaba.
En los mercados de flores
han saltado las alarmas.
Los alérgicos al polen que
se alejen de mi casa.
Pon a enfriar el vermú y
ahueca las almohadas,
deja sitio en el sofá para
tu cuerpo y mis ganas.
Ya presiente mi nariz el
aroma de las sábanas
y advierte mi cicatriz que
habrá tormenta en la cama.
Café, churros y mercado
propongo para mañana.
Dime dónde hay que firmar un viernes a la semana.
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1 comentario:
Paco, sé muy bienvenido. Poesía y música enriqueciendo las arcas de la indocencia. ¡No se puede pedir más!
Un abrazo compañero.
PD. Preciosa y nostálgica presentación la tuya.
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