viernes, 9 de noviembre de 2007

Indocencias de Juan Rincón.

"El Renco"

“He sido un hombre afortunado. Nada en la vida me fue fácil”

(Sigmund Freud”)


-...¿Patachula? Pues no, ese en particular no me suena, mire usted. Yo lo conocía por “Renco”, “ Mediapata”, “Cojitranco”, “el Negro Patilacio” y así podía decir quince o veinte motes más, hasta aburrirla. Los motes, señorita, son en Cádiz el currículo de los pobres y, a veces, su árbol genealógico; se heredan de padres a hijos y de hijos a nietos, generación tras generación. Si no de que iban a decirme a mí “el Lechuga” si lo más parecido que he visto en mi vida a un huerto ha sido el Parque Genovés, ¿que no?. Pues por mi abuelo o mi bisabuelo que eran mayetos allá por Medina o que sé yo.

( ) ......no, no. Su familia vino de El Puerto hacia los años 50 y él ya nació aquí o eso se creía él porque siempre decía que era más de Cádiz que Moret. El padre era marinero y cuando la cosa flojeaba en una punta de la bahía se venía a la otra buscando embarque y así hasta que se casó aquí, en la Tacita, le hizo por lo menos diez barrigas seguidas a su mujer – quizás dos o tres más a alguna mora – y desapareció para siempre, no se sabe si tragao por la mar , por el vino o por las dos cosas.

( ) ... lo de su cojera y el brazo lacio debió ser cosa de la polio infantil o de algunas de las palizas que el andoba de su padre le zurraba a su madre, embarazada o no, cada treinta o cuarenta días dependiendo de los turnos que hacía en la mar. Cuando no bajaba al moro y se quedaba en la Bahía, los palos eran más frecuentes pero menos intensos. A eso le llamo yo la ley de la compensación universal. Si quiere usted se la explico y ...

( ) ...amigo, amigo, lo que se dice amigo, no. Yo le tenía más miedo que otra cosa. O se lo tuve de chico, mejor dicho. Cuando yo era un niño tenía que pasar a diario por su puerta, allí por el Corralón, y lo veía sentado en su sillita de nea con más mierda encima que el rabo de una vaca y esa pierna colgando. El gitanillo ese, cuando me veía pasar , yo no sé qué se le infundíacojetás por el barrio . ¡No corría de chico el cojitranco, no dolían ni las pedrás que pegaba el hijoputa! que me insultaba y me escupía y , de vez en cuando , me perseguía a

( ) .... cuando no tenía nada que hacer se venía allí a la playa de la Victoria y cuando jugábamos al Trofeo siempre había algún capitán que se lo pedía el último, cuando ya no quedaba nadie más que pedirse .Era como tener en tu equipo al banderín de corner. El cojo sí, se movía, corría arriba y abajo y le ponía mucha , mucha voluntad pero nunca llegaba donde estaba la pelota.

( ) ...del Cádiz, vaya que sí , el “Renco” siempre era del Cádiz. Los demás nos repartíamos entre los equipos grandes que jugaban ese año el Trofeo pero él no, él nunca cambiaba. Yo era del Betis – “manque perdiera” - por herencia paterna pero como mi equipo casi nunca jugaba en el Carranza, elegía para los míos casi siempre el Palmeiras, que vino una jartá de veces, y los demás de mi equipo, sin saber siquiera de qué ciudad ni de que país eran los palmeiranos , se ponían a hablar entre ellos como si fueran guashinais, dándose importancia. Una vez que vimos a Pele en la televisión hasta nos pintamos de negro antes del partido. Otras veces éramos el Vasco da Gama o el Benfica ese, que vaya si no había tortas en el Paseo Marítimo por ser el Benfica de los cojon...., perdone usted mi lengua, pero yo... ( ) ...el Madrid, no, no se podía escoger. Ese lo tenían cogido el “Chirla” y los del barrio del Pópulo y con esa gente no había tu tía, había que bajar la cabeza y tragar lo que fuera. Pero el “Renco”, no. Le daba igual el equipo que le hubiera elegido, aunque estuviera con el Chirla o con los del Mentidero- que siempre se cogían el Barcelona o si los catalanes no jugaban, un equipo ruso- , pues no, el “Renco” seguía siendo del Cádiz. Y eso que desde que crecimos y él se quedó casi igual de chico y de negro, ya no nos daba miedo pero , sería por pena o por sus hermanos que llevaban navaja, nadie le pegaba ni le llevaba la contraria.

( )....más que trabajar , se buscaba la vida como todos sus hermanos, pero con menos posibilidades. La pierna y el brazo tontos le quitaban oportunidades de entrar a currar en una obra o en la pescadería y él , pues hacía recados de los limpios, de los legales quiero decir , y de los otros, si se le ponían a tiro, también. Durante mucho tiempo hizo de limpiabotas en los alrededores del Hotel Playa Victoria, el viejo, claro. Creo aquel verano del que me pregunta usted dormía allá por los barracones del Campo del Sur y que soñaba con juntar algo de dinero para comprarse un aparato moderno, de esos de hierros y muelles que hacían menos inútil la pierna inútil , válgame usted la rebundancia. Lo había visto a un turista alemán que se alojó en el hotel un verano y desde entonces ahorraba durillo a durillo para ver si podía agenciárselo de segunda mano.

( ) .... durante la liga iba al fútbol cuando coincidía con un portero que lo conocía o que no tuviera mucha guasa y lo colara de extranjis. ¡Había que verlo comportarse esos días en la grada! Con lo bruto y lo ordinario que era fuera y lo era y con....con...co..cojones, - perdone usted pero ahora he tenido que decirlo así - y allí no le salía ni un insulto , todo eran piropos y gritos de ánimo. Pero eso de ir al estadio eran las menos de las veces. Casi todos los domingos mientras se jugaba el partido de liga , el “Renco” y toda la caterva de criaturas de su edad nos íbamos a la arena mojada de la playa de la Victoria a reproducir modestamente el encuentro. Y el “Renco” allí, haciendo de media punta con nosotros y corriendo para el Paseo Marítimo cada vez que pasaba alguien con una radio para preguntar : ¿Cómo va er Cadi, cómo va? Aunque las más de la veces, no le hacía falta. Ni a él ni a nadie de Cádiz. Si soplaba el Levante, los goles parecía que viajaban en el viento y se escuchaban en la orilla casi simultáneamente. Si el grito sonaba algo así como ¡¡ GOOOOOOOOOOOOOL !!, el “Renco” saltaba y daba volteretas como un titirimundi, había marcado el Cádiz. Si, cómo solía ocurrir, el viento traía más bien un grito de ¡¡¡GOoohhhhholll!! lamentoso y cortito era la meta gadita la que había sido goleada y entonces el “Mediapata” se iba corriendo al agua y le daba patadas a las olas y le escupía a las gaviotas y al viento agorero y lloraba, lloraba desconsolado como si se le hubiera muerto alguien..

( ).....los demás si podíamos sí, sí que íbamos a ver los partidos del Trofeo , sobre todo si jugaba el equipo de uno. Pagando las menos de las veces porque no había parné casi nunca pero había muchas formas de intentar colarse en el estadio o , en el último caso, podías irte a la pasarela de Loreto a ver si te hacían un hueco . El “Renco, ” no, no fue nunca hasta el año 77. El estaba indignao con los organizadores del Trofeo porque no lo jugaba nunca el Cádiz. Lo suyo si que era una pasión y no lo de las Brigadas Amarillas.

( ) ...había que verlo! Aquel agosto movió cielo y tierra buscando una entrada o un cuele. Sus míseros ahorros no llegaban pa una entrada del año 77 y él vendió la caja de trastos de limpiar , pidió fiao y , al final, se apostó en la puerta del Estadio y rogó a todos los jugadores y directivos del Cádiz uno por uno. ¡Na que hacer, mire usted! Y eso que todo el mundo lo conocía. El primer Trofeo que iba a jugar su equipo de alma y él en la puta calle, caminito de la playa como si fuera un domingo corriente. El Cádiz- Inter. que comienza y el “Renco” otra vez llorando como un niño chico y en esas estaba cuando llego yo a la Victoria con mi balón de badana nuevo que me habían regalado por mi santo y reúno a los que habían intentado colarse sin éxito ( ) .. me acerqué y le pregunté si quería jugar y me dijo, fíjese usted, ¿cuando había puesto el “Renco” una condición pa jugar?, me pregunta que de qué equipo iba a ser yo capitán . Yo no le dije que el Chirla ya se había quedado el Inter y además con la carita que me puso el pobre no me quedó mas remedio que exclamar :“¡¡Hombre, Mediapata, hoy hay que ser del Cádiz, claro!!”. Al “Renco” se le iluminó la mirada, me alargó la mano buena - negra y sucia - y me dijo que sí, que jugaría con los míos. ¡Faltaría más!. Mire usted, señorita, nunca en mi vida he visto a un cojo correr más que ese día al “Renco”. No es que llegara al balón pero casi. Estaba loco, encorajao, enfurecío, que sé yo, parecía que no se cansaba nunca. Cuando llevamos una hora dándole patadas al balón , paramos todos escuajaringaos pa beber agua. Bueno, todos no, todos menos el “Renco” que salió corriendo para el Paseo Marítimo a preguntar en el bar cómo iba el Cádiz.. Se había parao el viento y los ecos del Estadio casi no llegaban, eran murmullos apagaos. Hacía un rato que habían sonado como dos andanadas de gritos pero no sabíamos a ciencia cierta que pasaba en el Carranza. Total, que el “Renco”no bebió ni con nosotros ni en el bar pero volvió aún más atacao de lo que se fue. “¡¡¡Uno a uno , -gritaba a la vez que me quitaba el balón de las manos - que van uno a uno y faltan diez minutos, aligerarse y sacar la segunda parte!!!” ( ) .... le juro que nosotros ese día le volvimos a coger miedo al cojo y a las patadas que nos pegaba – sí, sí, a los de su equipo, también - en el empeño de desempatar con la imaginación.

( )... así estaban las cosas. En el Carranza debía de estar a punto de acabar el partido y en la playa otra vez había saltado el Levante llenando los ojos de nuestro adversario, el equipo del Chirla, de arena . También nosotros estábamos empatados a uno, no sé por qué milagro porque los del Chirla siempre nos la daban mortá . Yo llevaba el balón y todos los demás estaban en el área del Interpópulo, que así lo llamábamos, de cachondeo, entre nosotros. Driblo al defensa- se cae, mejor dicho-, levanto la perola y veo que todo mi equipo está en el área de ellos. Centro con mucho arte y veo como uno a uno todos los delanteros míos empiezan a caer bajo las piñas y las patás de los otros dirigidos a voces por el Chirla. Cuando parece que todo está perdido, distingo como el “Renco” llega como si viniera a caballo, se prepara y se pone de espaldas a la portería. Usted no se lo creerá, señorita, pero yo le juro que vi al cojitranco ese saltar y hacer una chilena, una tijereta en el aire dos cuartas por encima de la cabeza del Chirla que lo miraba como si estuviese viendo aparecerse a la Virgen del Rosario, que es la patrona de Cádiz y era su preferida. ¡Y con que puntería le dio a mi balón nuevo! Si la portería hubiera tenido escuadra la habría clavado allí. ¡Por estas se lo juro! ( ).... Mientras el “Renco” caía de cabeza en la arena debió escuchar, como lo escuchamos los demás, un grito ambiguo que el Levante trajo desde el Carranza. Yo , por debajo de la ola sonora que recorrió la Victoria hasta Cortadura y rebotó y llegó a la Caleta alborotando a las gaviotas creí escuchar también el “crack” del cuello del “Renco” al romperse entre un mar de arena y piernas y un labrao de huellas de pies descalzos.

( ) ...seguro que cuando llegó al Cielo lo primero que hizo fue preguntarle a San Pedro : ¿Cómo ha quedao er Cádi, cómo ha quedao?. Y seguro que el viejo portero de la gloria que también fue marinero y seguro que también tuvo un hijo cojo no se atrevió a darle el disgusto y le dijo revolviéndole el pelo: “Ha ganao, picha, ha ganao!” , ¿que no?.

( ) ....allí no llegó ambulancia ni médico ni nadie hasta que no pasó más de una hora. Estaba todo el mundo en el estadio o viendo la tele o pegao a la radio.. Bueno todo el mundo menos el “Renco” que a esas horas ya estaría en el cielo y ya no cojearía pues ya hubiera sío le hubiera traspasao también la polio a las alas, ¿que no?. ( ) . Perdió el Cádiz 2-1, sí , pero el Atlético de Madrid , menos mal , le ganó 2-0 al Inter en la final de aquel año. Y en el 81 cuando por fin ganó el primer Trofeo el Cádiz seguro que el “Renco” lo estaba viendo sentao como un señor en una nube de tribuna o de preferencia, por lo menos. mala leche que Dios

( ) ...ni verdad, ni mentira. Fotos no, no hay. Si quiere se lo cree y si no, pues usted misma. Tampoco yo le he preguntao pa qué quiere saberlo . ¿Del Diario de Cádiz no es usted, verdad? Si fuera de Cádiz, se lo creería. Aquí pasan estas cosas, ¿que no?. ¿No le han contao nunca lo del chaval que murió en el puente Carranza un día que estaba pescando y hacía un ponientazo de cagarse, un viento de esos que mueven a las gaviotas de un lao otro como si fueran de trapo, y se le clavó una que venía flechá en to el pecho? La gaviota se salvó. Desde aquel día su madre, - la del chaval, claro, la de la gaviota cómo va a ser, - ve volar a los pájaros en el muelle y llora, ¿que no?...


Poética personal


Poemas de patas cortas escribo,

alumbro versos de lo cotidiano;

rimas son de lunes no festivo,

la caca, la fregona y el butano.

La “otredad” no me sale de la mano

y soy yo el que escribe, sucio y vivo,

tan mí mismo, tan zafio, tan humano,

que temo ser un yo superlativo.

Egocéntrica es mi lírica novata

de mismidades pequeñas y rutina

doméstica, de día laborable.

Escribo con minúscula pacata

amor, belleza , dios y si rechina

recúsenme, ¡oh, vates! : soy culpable.


2 comentarios:

Juan Rincón. dijo...

Aquí podéis comentar los que os ha parecido el trabajo de l@s demás. La gente “decente” también puede opinar aquí porque la blog es pública.

Jose Aurelio Martín dijo...

qué poemática tan de lo cotidiano, que suena al clásico, a un quevedo y góngora humanos, rutinarios, qué difícil forjar la inocencia desde la poesía, tan puta y con dobleces, tan alambicada. Valoro tu poema, ánimo.