miércoles, 9 de enero de 2008

Indocencias de Blanca Flores Cueto


RETRATO
“Vamos a darlo todo a fin de que otros vean.
Es demasiada luz, para guardarla para siempre”
Ernestina de Champourcín



Julio. Trece.
No diviso el horizonte de este mar,
escucho la Dolce vita,
mientras visitas el Coliseo,
intentado irradiarte desde aquí energía,
mientras me regalo un sueño.

Contemplo la fotografía en sepia inacabada,
porque nos salíamos del marco,
porque no cabía tanto dentro.

Al fondo la luminaria, cual luces de verbena,
brillan ojos y sonrisas
coloreando los rostros
que ocultaron el lado oscuro.

Me acaricia la brisa,
me siento bien esta tarde,
dejémonos de tonterías,
y con una prosa para imposibles,
hablemos de política:
Roma es más bella de noche.



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Para Victoria.




"Hoy necesito un sorbo de calma
porque el vertiginoso mundo me atropella,
son demasiadas la cosas que contemplamos,
cual escaparate luminoso, que agitan cada día
los corazones de los que persiguen una utopía.

Dejad de escupir mensajes en sms,
dejad de enviar chorradas en emails absurdos,
mientras dejamos que la juventud se destruya
con las drogas,
mientras dejamos que las bombas sigan explotando
en Basora,
mientras dejamos que las mujeres sigan soportando
el maltrato ante los injustos muros enmudecidos.

Ya no hay tiempo para seguir respirando,
para contemplar amaneceres solitarios,
para conversar en una mesa camilla tomando un café...

Hagamos un paréntesis,
parémonos un rato,
respiremos, charlemos,
disfrutemos y descansemos
en el diván de la casi inexistente poesía.



CÁNCER
Para mi madre

El azar ha trastocado
el orden lógico
de los números de esta lotería que es la vida.
El color azul de la acuarela

que rodeaba tu apariencia y tus cánticos
ha llegado a rescribir el final de una historia inimaginable.

Ahora, de nuevo el final es el principio,
como una vorágine, como una inevitable verdad,
más cruda, más dura,
pero más verdad que toda tu existencia.

Así es...
Y quién lo iba a decir...
Cínicos lexemas,
gritos incontenibles,
amenazas desafiantes...


El morado cólera que ha florecido
en los rostros que caminaban hipócritas,
nos ha dado la razón.

La vida ahora es más dura pero es más cierta.

Y todavía nos queda tiempo
para mirarnos en los ojos cristalinos de los niños,
para tocar sus manos, aún suaves,
para escuchar sus risas, todavía inocentes.
Aún, queda tiempo.

Y con atrevida osadía, escúpeles a la cara,

y no temas sus reacciones, porque ya has sufrido bastante.

Ya te ahogaste en toda tu pena.
Escupe y sigue adelante,

porque sólo somos el tiempo que ya nos queda, como nos recordó Caballero Bonald.

Paséate por la Caleta,
como si fueras otra vez niña,
rodéate de sus espumas y vive.

Y a los que no creyeron en ti, déjales que corran, que corran,
con su odio contenido y con su sed de venganza.
Cuanto más corran, antes llegarán
a rozar con las yemas de sus dedos, su propia agonía.

El cáncer que te ha salvado, ha condenado
a los que falsamente te rodeaban, hacia su propio suicidio.

Mezquina e inválida hermandad,
para eso es preferible el vacío.

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