martes, 2 de diciembre de 2008

Crónica de la lectura indocente en IES Las Cumbres de Ubrique. 1 de diciembre de 2008.






Ubrique, pueblo blanco contra una rocalla gris, suspendido, soñado por un paisajista, cerca de las nubes, entre las cumbres nevadas, frío de cuchillo, viento afilado. Javier Chavero y el pintor Martel nos reciben con el calor necesario de las palabras y el café. Acogida. Palabras cálidas, atenciones nunca escénicas, auténticas, gestos mínimos de calor y agradecimiento. Creen en la importancia de estos actos, de los pocos que van quedando educativos, de los pocos actos cívicos que hoy se pueden hacer. Creen, y por tanto, todos los respetos; los poetas esperan no serles adversos.
Javier Chavero, Javi, prosista iniciado, prosa trabajada, que corre bien, prosa buen chaval, prosa que busca cosas, entusiasta, prosa muy ajustada, tiene historias y frase, tiene recorrido de prosista, tiene discurso, le animamos a que siga, a que no ceje. Hace parapente, una buena perspectiva para la prosa; vista desde arriba, panorámica, la prosa resulta, la prosa se amplía. Gracias, Javier, necesitamos gente así para la brega.
Juan Bosco, Bosco, poeta que he visto en Portugal con un sombrero, los ojos ligeramente tristes detrás de unas gafas, los ojos chicos de melancolías atlánticas, empañados de tiempo y amarguras, poeta de música muy trabajada, muy buscada, ritmos nada sonsoneantes sino fluyentes como un río y depurados como un regato, “enigma em pessoa”, el enigma en persona. En Portugal tiene su café, su rincón y su sombrero, celebramos su heterónimo: Fernando Pessoa. Juan Bosco, poeta.
María Jesús, mujer de verso en pecho, voz dura, tierna de versos, voz de flamenca canalla, íntima de versos, recita despaciadamente, sintiendo, sacando el color y el calor de los versos, canta a la abuela con la melancolía necesaria, manteniendo la emoción, sugiriendo la intensidad, cazando el detalle justo, “el caracol en la paja/pequeña/de esa choza de mentirijillas”, poesía hembra y tierna, poemas adentro ceñidos de melancolía, poesía.
José Manuel Benítez Ariza, autor, de entre su torrentera creativa, poemas, novelas, cuentos, cosas, hoy elige acertados apuntes, brochazos rápidos de la realidad, una prosa urbana y moderna, humorismo fino, ironía delgada, muy ajustada, muy profesional, es un autor y sin embargo tiene en cuenta al auditorio, sin bajar nunca el nivel sube el del auditorio, al que invita a esa compartida complicidad que es la ironía. Un placer.
Jose Aurelio, escénico y excesivo, joven, se atrae al público a una causa que cree justa, poesía siempre con temperatura social, arrojada, desabrochada, con su inequívoco acento retórico, con su inconfundible estigma entusiasta. Aprendiendo.






Jose Aurelio Martín Rodríguez







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